Hace unos días leí un articulo en internet que decía, ¿qué hacen los jóvenes al despertarse? y la respuesta era, el 90% mirar el móvil. Lo que más me llamó la atención de esta noticia, es que no me había parado a pensar que yo misma lo hago todas las mañanas, miras si tienes mensajes, correos, actualizaciones... es una rutina más, igual que desayunar, lavarse los dientes o peinarse.
No sólo miramos el móvil al levantarnos, si no que nos acompaña todo el día, lo usamos en las clases, en el trabajo, en el metro, en la cama, en el baño.... en definitiva, es nuestra pequeño arma de conexión al mundo y sin él nos sentimos desprotegidos.
Hace unos años, no teníamos móviles, sólo nos podíamos comunicar a través de teléfonos fijos o cabinas, ahora pienso que raro sería no poder comunicarse con alguien al momento.
El tener la posibilidad de una comunicación tan instantánea con programas como whatsapp, sms.... hace que seamos más impulsivos y no valoramos tanto los temas de conversación, nos escribimos por cualquier tontería, incluso para ver que ropa nos ponemos o que tiempo hace.
El otro día hablando con un grupo de gente jóven, una chica decía que no tenía conexión a internet en el móvil y todos nos quedamos boquiabiertos y le preguntamos que cómo se comunicaba con los demás, que cómo era su vida sin whatsapp, que cómo quedaba con sus amigos y un sin fin de preguntas más, como si viviera en una jaula. También llegamos a la conclusión, de que sin programas como el whatsapp, o no te comunicas con nadie, o te gastas una pasta en hacer llamadas y en mandar mensajes de texto.
Con todo este tipo de situaciones que surgen en el día a día, parece muy claro que, o te enganchas a la tecnología o estas fuera del mundo y eso asusta un poco.
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